¿Es posible conseguir la incapacidad permanente cuando no se trabaja?
Para muchas personas, perder la capacidad para trabajar debido a una enfermedad o a un accidente puede ser devastador, sobre todo si ya están desempleadas. Afortunadamente, es posible solicitar una incapacidad permanente sin estar trabajando, siempre y cuando se cumplan ciertos requisitos.
En primer lugar, es crucial confirmar que sí se puede solicitar la incapacidad estando desempleado. No es necesario estar en activo para poder acceder a una futura prestación de incapacidad permanente. Esto abre una ventana de oportunidad para aquellos que, debido a su condición de salud, no pueden reincorporarse al mercado laboral.
La clave para poder acceder a esta prestación cuando uno no está trabajando radica en la situación denominada «asimilada al alta». El desempleo es una opción válida en este respecto, siempre y cuando la persona esté inscrita como demandante de empleo. Estar registrado como demandante de empleo, o incluso cobrando la prestación por desempleo, permite a la Seguridad Social considerarlo como una persona en una situación similar a la de un trabajador en activo.
Finalmente, es vital la inscripción y renovación periódica como demandante de empleo. Esto no solo demuestra que se está buscando trabajo activamente, sino que también asegura que se mantiene la condición de «asimilado al alta». Sin esta renovación, la posibilidad de solicitar una incapacidad permanente se desvanece.
Situación asimilada al alta
Comprender qué es una situación asimilada al alta es fundamental para quien desea solicitar una incapacidad sin estar trabajando. Esta situación se refiere a ciertos casos en los que, aun sin estar en activo, la persona es tratada como si lo estuviera a efectos de Seguridad Social.
Existen múltiples ejemplos de situaciones que se consideran asimiladas al alta. Estos incluyen:
- Bajas médicas
- Períodos de vacaciones no disfrutadas
- Paros por huelga
- Trabajadores fijos discontinuos
- Trabajadores emigrantes retornados sin prestaciones de otro país
Para quienes se encuentran en estas circunstancias, es imperativo cumplir con los requisitos y condiciones sobre la renovación de la demanda de empleo. Mantener esta renovación periódicamente es esencial; de lo contrario, se pierde la condición de asimilado al alta, lo cual puede truncar la posibilidad de solicitar la incapacidad permanente.
Personas que no están trabajando ni en situación asimilada al alta
Para aquellos que ni están trabajando ni en una situación asimilada al alta, las limitaciones son significativamente mayores. Las personas en una situación de «no alta» tienen un acceso muy limitado o, en la mayoría de los casos, nulo para solicitar una incapacidad permanente.
En estas condiciones, es inviable solicitar la incapacidad parcial o total. Para ser elegible como beneficiario de estas prestaciones, es fundamental estar de alta en la Seguridad Social o en una situación asimilada al alta.
Sin embargo, hay excepciones pertinentes para casos de incapacidad absoluta o gran invalidez. Incluso estando en una situación de no alta, se podría alcanzar estas modalidades de incapacidad permanente si se cumplen ciertos requisitos. Entre ellos, se destaca acreditar al menos 15 años cotizados a la Seguridad Social, tres de los cuales deben haber sido en los últimos diez años antes de la solicitud.
Requisitos para solicitar una incapacidad
Solicitar una incapacidad permanente sin estar trabajando requiere cumplir una serie de requisitos específicos.
Para la incapacidad permanente parcial, la persona debe estar de alta o asimilada a la alta en la Seguridad Social. Además, no debe haber alcanzado la edad de jubilación y debe tener un mínimo de cotización de 1,800 días si la causa es una enfermedad común.
Las diferencias entre incapacidad permanente total y absoluta también son significativas. La total impide realizar el trabajo habitual pero permite desempeñar otras actividades profesionales. En cambio, la absoluta inhabilita para cualquier tipo de trabajo. Ambos casos requieren diferentes periodos de cotización y otras condiciones específicas.
La gran invalidez, por su parte, requiere requisitos adicionales. Principalmente, la persona debe necesitar la ayuda de terceros para realizar actividades básicas de la vida diaria. Este nivel de incapacidad tiene un umbral muy alto en cuanto a la severidad de la condición y el requerimiento de asistencia continua.
Casos y Ejemplos Prácticos
Consideremos varios escenarios para ilustrar estos puntos:
- Una persona desempleada inscrita como demandante de empleo puede acceder a una incapacidad permanente siempre y cuando renueve periódicamente su demanda de empleo.
- Un trabajador autónomo que ha cesado su actividad puede solicitar la incapacidad dentro del plazo de 90 días después del cese de su actividad. Esta ventana es crucial para mantener su situación de asimilado al alta.
- Un trabajador emigrante que retorna a España sin percepciones de desempleo de otro país puede también ser considerado en situación asimilada al alta. Es fundamental que esta persona inicie los trámites de integración a la Seguridad Social española lo antes posible.
Estos casos demuestran que, bajo ciertas condiciones y con la documentación adecuada, es posible solicitar una incapacidad permanente sin necesidad de estar trabajando. La clave radica en comprender la variedad de situaciones asimiladas al alta y cumplir los requisitos establecidos por la normativa vigente.